Tras las huellas de la memoria en Víznar

Un equipo de once investigadores trabaja de forma meticulosa en la localización de cadáveres y restos en el Barranco con la intención de identificarlos y devolvérselos a sus familias para que reciban una sepultura digna

domingo 25 de junio 2023

Once investigadores entre arqueólogos, antropólogos físicos, forenses, sociólogos e historiadores emplean sus conocimientos desde hace más de tres meses en la tercera campaña de exhumaciones en el Barranco de Víznar, donde se buscan, localizan y exhuman restos mortales de víctimas de la represión franquista y que han permanecido intactos durante 80 años en este punto.

De forma muy meticulosa, los integrantes de esta iniciativa encabezada por el profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, Francisco Carrión Méndez, excava en dos fosas situadas en pleno Barranco, donde se cifra en unos 300 los cadáveres de represaliados a los que muchas familias aspiran a poder dar una sepultura digna, aunque hay casos en los que ya no se ha podido llegar a tiempo.

Actualmente este equipo multidisciplinar ha concluido la fosa ocho en la que han hallado nueve cuerpos, de los que ya se está realizando un estudio antropológico. Los trabajos se centran en otra fosa con once cuerpos y que se está excavando en la actualidad, ha explicado a ahoraGranada Carrión, que señala que con los trabajos actuales y los del año pasado la cifra de individuos localizados puede ascender a los 65.

VIZNAR | 25 junio, 2023 - 02:00 | ÁLEX CÁMARATras las huellas de la memoria en VíznarUn equipo de once investigadores trabaja de forma meticulosa en la localización de cadáveres y restos en el Barranco con la intención de identificarlos y devolvérselos a sus familias para que reciban una sepultura digna
Once investigadores entre arqueólogos, antropólogos físicos, forenses, sociólogos e historiadores emplean sus conocimientos desde hace más de tres meses en la tercera campaña de exhumaciones en el Barranco de Víznar, donde se buscan, localizan y exhuman restos mortales de víctimas de la represión franquista y que han permanecido intactos durante 80 años en este punto.

De forma muy meticulosa, los integrantes de esta iniciativa encabezada por el profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, Francisco Carrión Méndez, excava en dos fosas situadas en pleno Barranco, donde se cifra en unos 300 los cadáveres de represaliados a los que muchas familias aspiran a poder dar una sepultura digna, aunque hay casos en los que ya no se ha podido llegar a tiempo.

Actualmente este equipo multidisciplinar ha concluido la fosa ocho en la que han hallado nueve cuerpos, de los que ya se está realizando un estudio antropológico. Los trabajos se centran en otra fosa con once cuerpos y que se está excavando en la actualidad, ha explicado a ahoraGranada Carrión, que señala que con los trabajos actuales y los del año pasado la cifra de individuos localizados puede ascender a los 65.

"A lo largo de la campaña pensamos que superaremos la cifra de los 100, porque queda pendiente por excavar alguna fosa más", ha señalado el profesor, que ha recalcado que una de las novedades de este proyecto son las prospecciones magnéticas en el camino que conduce hacia Puerto Lobo, donde han descubierto que existe "un montón" de cartuchería que cronológicamente está vinculada con la época. Se han localizado unos 400 elementos entre vainas y proyectiles correspondientes a las armas usadas para asesinar a estas personas.

Actualmente este equipo ya cuenta con el análisis de 49 personas de la campaña anterior, en la que se prestaron 33 familiares a identificación genética y poder realizar la comparación entre algunas muestras.

 

Minucioso proceso

Pero antes de llegar a la coincidencia que posibilite la identificación genética de los cuerpos, este equipo de profesionales desarrolla una minuciosa labor de laboratorio en la que por momentos consiguen detener el tiempo para llevar a buen puerto su trabajo de campo.

"En el momento en el que ya se ha excavado y documentado todos los restos que se van a extraer, se empiezan a exhumar de una forma sistemática porque tienen que pasar al laboratorio sin que haya mezcla entre los restos de un individuo y de otro", señala Carrión, quien recalca que después llega el proceso de limpieza y lavado de los restos óseos para eliminar todas las concreciones que tengan de sedimento y poder tener una visión clara sobre ellos.

Es aquí donde comienza la reconstrucción de los cuerpos sobre unas mesas alargadas de forma sistemática, que es en las que se lleva a cabo el estudio antropológico forense. En él se determina el sexo y la edad de la persona, con un abanico de entre cinco y diez años; y que se contrasta con otro tipo de archivos y la fecha de la muerte.

A partir de ahí se tienen en cuenta otras cuestiones como patologías previas si es que los familiares han podido aportar información. Además de ello, se traza una causa de la muerte: "Es lo más importante. En ello empleamos dos criterios y nos corrobora la evidencia de que hubo torturas antes de la muerte, con bastantes casos documentados. En el caso de las mujeres, esa violencia ha sido más fuerte", explica el profesor.

Causas de la muerte

También se determinan las causas de la muerte, en la que todos fueron asesinados con armas de fuego, aunque "en la mayoría de casos no ha habido fusilamientos, sino ejecuciones con los disparos en el cráneo, algo que podemos conocer con la trayectoria de entrada y salida del proyectil", señala Carrión.

"Cuando hemos determinado toda la casuística pasamos a procesar, a tomar muestras para la identificación genética", añade el director del proyecto, que recuerda que se siguen unos parámetros donde tomarla aconsejados por el Laboratorio de Genética del Departamento de Medicina Legal.

En el caso de que las muestras no sean buenas, se selecciona un trozo de fémur, del que se cortan diez centímetros para enviarlo a un laboratorio y poder cumplir con la norma y dispongan los familiares de ello, para que puedan darle una sepultura digna "y que no estén en el mismo barranco como han permanecido 80 años".

Aquellos cuerpos o restos que no hayan sido identificados es el Estado el que debe encargarse de construir un memorial que recuerde a estas personas. Es aquí donde termina el trabajo de Carrión y su equipo, un meticuloso trabajo tras las huellas que arroja la memoria en este punto de Víznar.